miércoles, 21 de octubre de 2015

Una experiencia significativa evaluativa en las artes:


Durante mis estudios de secundaria paralelamente comencé un proceso de aprendizaje de música en la Universidad de Antioquia en el año 1993. Este programa combinaba unas 3 asignaturas por semestre, y la que se basaba en el aprendizaje del instrumento seleccionado (en mi caso fue flauta traversa) era en forma individual ante un maestro en flauta traversa.
La metodología era la siguiente:
La duración de esta clase era de 1 hora a la semana, durante la misma, el profesor presentaba nuevo contenido,  y “tomaba la lección”.  La evaluación consistía en que cada melodía, escala, debía ser ejecutada con la menor cantidad de errores y aplicando las técnicas adecuadas expuestas por el maestro durante el proceso educativo.
Las correcciones y las felicitaciones eran constantes durante la interpretación de las lecciones, la motivación cuando se hacía bien, o la corrección cuando  se hacía mal, obviamente, era proporcional a la dedicación que hubiera tenido durante la semana para practicar lo enseñado. Al terminar cada lección, se presentaba el nuevo contenido, y el maestro realizaba unas recomendaciones como retroalimentación general.
Al finalizar el semestre, un  porcentaje considerable de calificación (30%), era un concierto  a dúo con piano o guitarra, ante otros profesores.   Se evaluaban cuantitativamente aspectos relacionados al instrumento como, destreza, claridad en el sonido, interpretación de dinámicas, complejidad de la obra, y al final se realizaban los comentarios.
El maestro podía durante cada sesión hacer una valoración del proceso que estaba llevando a cabo, y la relación más cercana,  hacía que me esforzara aún más, para no defraudar la confianza que tenía en mí. De hecho,  cuando no podía estudiar lo suficiente, se lo decía.
Un componente primordial que valoro durante este proceso, es que la evaluación del concierto final, no estaba en juego solo su subjetividad, sino que existía también el trabajo en equipo necesario para la interpretación de la obra final a dúo (con otro compañero, o con un profesor), y la valoración externa que hacían los otros profesores.  
Esta experiencia fue altamente significativita para mí, ya que en la relación Maestro – Aprendiz, tuve una hora de dedicación exclusiva de este guía, para que observara y escuchara los propósitos que había definido como actividades de aprendizaje, mientras que en los otros procesos de formación me sentía como parte activa, pero no existía una relación tan directa permanente con los docentes del Colegio, incluso en el pregrado tampoco lo sentí.
La nota final, en realidad nunca representó lo que esta  experiencia definió para mi formación.  Las evidencias  para mi fueron  las habilidades adquiridas cuando me enfrenté más adelante a partituras o a conciertos ante públicos, donde habia que tener  la disciplina para practicar lo suficiente y así hacerlo bien.
Ahora, mucho años después de esta experiencia, veo como aparecen cursos masivos en línea relacionados con aprendizaje de música, y los famosos cursos de Inglés personalizados con profesores nativos.  Sin embargo, los cuatro factores evaluativos que resalto y se conservan como válidos aún con cualquier herramienta TIC independientemente de la rama del conocimiento son:
La relación Maestro-Aprendiz: La posibilidad de la interacción con cada proceso de aprendizaje en el momento oportuno, fortalece el respeto y la admiración como factor motivante. Ver “tocar al maestro”, leerlo, escucharlo, conocer lo que ha logrado, hace que no deba tomarse de mala manera la valoración que hace en tu proceso; es la forma como te puede guiar para que “toques mejor”.
La retroalimentación: Conocer los fallos y los aciertos de manera formativa sirve para retomar y reforzar aspectos para lograr los propósitos de aprendizaje. Esto se traduce a la intervención del docente cuando el aprendiz este “fuera de tono”.
El trabajo colaborativo: Para presentar el  concierto grupal final, tus compañeros también deben dar cuenta de sus procesos; La disciplina personal como respeto por el trabajo del otro, juega un papel muy importante; De otra manera,  el producto final “no se va a escuchar bien” y el público no diferencia “quien desafinó” si tu o tu compañero.
La intervención de externos: Puntos de vista diferentes, que  permitan la valoración de tus productos, te ayuda a dejar atrás el “pánico escénico”. El debate  evita que las subjetividades, siendo conscientes de que se presentan, sean factores principales  para la evaluación. Una forma por ejemplo, es la posibilidad de participación en foros por parte de tus compañeros para aportar en los diversos procesos de aprendizaje.
Las experiencias evaluativas en general están presentes en todos los aspectos de la vida. Eres valorado por tus logros, eres un buen hijo, un buen padre, un mal estudiante, etc. La evaluación entonces es la forma como alguien puede dar cuenta de los aspectos para mejorar, y se construyen significados de lo que eres en torno a esas interacciones. Evidentemente la agrupación cualitativa en categorías para los logros, nos marca los aspectos prioritarios para cada proceso de aprendizaje y de esta manera puede ser un input para saber que estrategias puedo utilizar para alcanzarlos adecuadamente. ¿Debo fortalecer la disciplina? ¿La metodología? ¿Que afecta el  cumplimiento de los logros propuestos?¿Porque estoy tardando tanto en alcanzarlos?
La reflexión sobre estos aspectos es para mí el principal aporte que tiene la evaluación para los demás aspectos de la vida.

Aprovecho para agradecer al maestro de Flauta de la experiencia: !Muchas gracias Maestro Delio Hoyos Álvarez! y por último, les comparto  una pequeña muestra de este proceso:


Saludos,
Oscar

3 comentarios:

  1. Hola Oscar.

    Esa experiencia evaluativa que describes dio unos muy buenos frutos y puedo dar fe de ello, después de escucharte tocar la flauta.

    Tu forma de tocar este instrumento musical, pone en evidencia que fue un proceso evaluativo significativo.

    Un abrazo y felicitaciones compañero.

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  2. Muchas gracias compañera Carmen. Ahí tienes la música a tu disposición.
    Saludos.

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  3. Óscar, maravilloso esto que cuentas, se nota lo significativo que fue para vos en tu proceso de formación. Este es el ideal de la evaluación: proceso, compañía, personalización, retroalimentación y verificación de las competencia.

    Nada más importante que aquello que nos marca y nos enseña desde la vivencia, me imagino tu enseñanza de la música, si al ejerces en la misma dirección.

    El video está excelente, me encanta la interpretación de los instrumentos y de la cantante.

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