Durante mis estudios de secundaria paralelamente comencé un
proceso de aprendizaje de música en la Universidad de Antioquia en el año 1993.
Este programa combinaba unas 3 asignaturas por semestre, y la que se basaba en
el aprendizaje del instrumento seleccionado (en mi caso fue flauta traversa) era
en forma individual ante un maestro en flauta traversa.
La metodología era la siguiente:
La duración de esta clase era de 1 hora a la semana, durante
la misma, el profesor presentaba nuevo contenido, y “tomaba la lección”. La evaluación consistía en que cada melodía,
escala, debía ser ejecutada con la menor cantidad de errores y aplicando las
técnicas adecuadas expuestas por el maestro durante el proceso educativo.
Las correcciones y las felicitaciones eran constantes
durante la interpretación de las lecciones, la motivación cuando se hacía bien,
o la corrección cuando se hacía mal,
obviamente, era proporcional a la dedicación que hubiera tenido durante la
semana para practicar lo enseñado. Al terminar cada lección, se presentaba el
nuevo contenido, y el maestro realizaba unas recomendaciones como
retroalimentación general.
Al finalizar el semestre, un porcentaje considerable de calificación (30%),
era un concierto a dúo con piano o
guitarra, ante otros profesores. Se evaluaban cuantitativamente aspectos
relacionados al instrumento como, destreza, claridad en el sonido, interpretación
de dinámicas, complejidad de la obra, y al final se realizaban los comentarios.
El maestro podía durante cada sesión hacer una valoración
del proceso que estaba llevando a cabo, y la relación más cercana, hacía que me esforzara aún más, para no
defraudar la confianza que tenía en mí. De hecho, cuando no podía estudiar lo suficiente, se lo decía.
Un componente primordial que valoro durante este proceso, es
que la evaluación del concierto final, no estaba en juego solo su subjetividad,
sino que existía también el trabajo en equipo necesario para la interpretación
de la obra final a dúo (con otro compañero, o con un profesor), y la valoración
externa que hacían los otros profesores.
Esta experiencia fue altamente significativita para mí, ya
que en la relación Maestro – Aprendiz, tuve una hora de dedicación exclusiva de
este guía, para que observara y escuchara los propósitos que había definido
como actividades de aprendizaje, mientras que en los otros procesos de
formación me sentía como parte activa, pero no existía una relación tan directa
permanente con los docentes del Colegio, incluso en el pregrado tampoco lo sentí.
La nota final, en realidad nunca representó lo que esta experiencia definió para mi formación. Las evidencias
para mi fueron las habilidades
adquiridas cuando me enfrenté más adelante a partituras o a conciertos ante públicos,
donde habia que tener la disciplina para
practicar lo suficiente y así hacerlo bien.
Ahora, mucho años después de esta experiencia, veo como
aparecen cursos masivos en línea relacionados con aprendizaje de música, y los
famosos cursos de Inglés personalizados con profesores nativos. Sin embargo, los cuatro factores evaluativos que
resalto y se conservan como válidos aún con cualquier herramienta TIC independientemente
de la rama del conocimiento son:
La relación
Maestro-Aprendiz: La posibilidad de la interacción con cada proceso de
aprendizaje en el momento oportuno, fortalece el respeto y la admiración como
factor motivante. Ver “tocar al maestro”, leerlo, escucharlo, conocer lo que ha
logrado, hace que no deba tomarse de mala manera la valoración que hace en tu
proceso; es la forma como te puede guiar para que “toques mejor”.
La retroalimentación:
Conocer los fallos y los aciertos de manera formativa sirve para retomar y reforzar
aspectos para lograr los propósitos de aprendizaje. Esto se traduce a la
intervención del docente cuando el aprendiz este “fuera de tono”.
El trabajo
colaborativo: Para presentar el concierto grupal final, tus compañeros también
deben dar cuenta de sus procesos; La disciplina personal como respeto por el trabajo
del otro, juega un papel muy importante; De otra manera, el producto final “no se va a escuchar bien” y
el público no diferencia “quien desafinó” si tu o tu compañero.
La intervención de
externos: Puntos de vista diferentes, que
permitan la valoración de tus productos, te ayuda a dejar atrás el “pánico
escénico”. El debate evita que las
subjetividades, siendo conscientes de que se presentan, sean factores principales para la evaluación. Una forma por ejemplo, es
la posibilidad de participación en foros por parte de tus compañeros para
aportar en los diversos procesos de aprendizaje.
Las experiencias evaluativas en general están presentes en
todos los aspectos de la vida. Eres valorado por tus logros, eres un buen hijo,
un buen padre, un mal estudiante, etc. La evaluación entonces es la forma como
alguien puede dar cuenta de los aspectos para mejorar, y se construyen
significados de lo que eres en torno a esas interacciones. Evidentemente la
agrupación cualitativa en categorías para los logros, nos marca los aspectos
prioritarios para cada proceso de aprendizaje y de esta manera puede ser un
input para saber que estrategias puedo utilizar para alcanzarlos adecuadamente.
¿Debo fortalecer la disciplina? ¿La metodología? ¿Que afecta el cumplimiento de los logros propuestos?¿Porque
estoy tardando tanto en alcanzarlos?
La reflexión sobre estos aspectos es para mí el principal
aporte que tiene la evaluación para los demás aspectos de la vida.
Aprovecho para agradecer al maestro de Flauta de la experiencia: !Muchas gracias Maestro Delio Hoyos Álvarez! y por último, les comparto una pequeña muestra de este proceso:
Oscar
Hola Oscar.
ResponderEliminarEsa experiencia evaluativa que describes dio unos muy buenos frutos y puedo dar fe de ello, después de escucharte tocar la flauta.
Tu forma de tocar este instrumento musical, pone en evidencia que fue un proceso evaluativo significativo.
Un abrazo y felicitaciones compañero.
Muchas gracias compañera Carmen. Ahí tienes la música a tu disposición.
ResponderEliminarSaludos.
Óscar, maravilloso esto que cuentas, se nota lo significativo que fue para vos en tu proceso de formación. Este es el ideal de la evaluación: proceso, compañía, personalización, retroalimentación y verificación de las competencia.
ResponderEliminarNada más importante que aquello que nos marca y nos enseña desde la vivencia, me imagino tu enseñanza de la música, si al ejerces en la misma dirección.
El video está excelente, me encanta la interpretación de los instrumentos y de la cantante.